31/8/08

Informe y texto: Karina Donangelo
Odisseas Elytis

“Escribo para que la muerte no tenga la última palabra”.

En las encrucijadas del tiempo, en geografías remotas aparecen voces universales. E irrumpe estrepitosamente sobre el escenario del mundo, la Palabra. El Verbo Iluminado, capáz de crear mundos. Y dejar huellas.
Asi es como se manifiesta la poética del gran escritor griego, Odisseas Elytis.
Elytis fue un enamorado de la luz. Casi todas las metáforas, símbolos alegóricos y leyendas de la cultura griega estan estrechamente vinculadas con la revelación que la luz hace a dos sentidos: la razón y la voluntad.
Prometeo roba a los dioses el fuego sagrado (que es el conocimiento) para dárselo a los hombres.
Platón describe a la condición humana como sujeta a la sombra de la ignorancia. Apolo reinaba en el Olimpo como Dios de la luz.
Por eso, tal vez, Elytis destaca el concepto de ley, revelando en su obra poética la necesidad de lo sagrado, de los justo, de la idea de libertad y belleza.
Entonces parece atinado decir que la intervención de la poesía de Odisseas Elytis se vuelve determinante en este mundo, mientras más densos son los velos que ocultan la belleza primaria de las cosas. Pues como sabio guía, a través de sus palabras, nos conduce fuera de los laberintos de las épocas oscuras, transgrediendo lo recóndito, desafiando lo telúrico y exaltando la belleza esencial del valor y la ternura.

Las primeras luces

Odisseas Elytis nació en 1911 en Heraklion, en la Isla de Creta, bajo el apellido Alepudelis, hijo de armadores y oriundos de la isla de Lesbos acompañó a sus padres en la empresa de fabricación de jabones.
Poco antes de que estallara la Primera Guerra Mundial se instaló junto a sus padres en Atenas, donde desarrolló sus estudios hasta recibirse de abogado, profesión que nunca ejerció.
Desde temprana edad se vio muy influenciado por las estéticas europeas de vanguardia, cuyos integrantes (Válery, Eliot, Eluard, Bretón) ampliaron su horizonte poético. El Surrealismo fue el movimiento predilecto para Elytis, el cual estudió y conoció a fondo en París.
Una vez escritor cambió su apellido por Elytis, que según él reúne los conceptos de esperanza, libertad, Grecia y Helena como la mujer mito.
Participó como voluntario en la Segunda Guerra Mundial luchando contra las tropas fascistas en el frente de Albania. Y en 1935, en la revista Nuevas Letras (Nea Grámmata) publica sus primeros poemas, junto a su colega y amigo Giuseppe Ungaretti, además de Federico García lorca y Albert Camus.
Publica su primer libro “Orientaciones” en 1940. Y poco a poco comienza a perfilar en su obra un tipo de Surrealismo inédito, no ya francés, sino esencialmente griego, por su métrica, su ritmo, su propia visión, con la carhga histórica del país que fuera cuna de la cultura occidental; con profundo lirismo, aplicando la superposición del tiempo y el espacio. Creando mundos paralelos, al borde de este mundo, con pasajes oníricos, andando y desarrollando un idioma universal y milenario, creando una verdadera cosmogonía poética.
Recibió en el año 1961 el Premio Nacional de Poesía por su libro “Digno es” (1959), musicalizado por el compositor Mikis Theodorakis. Fue ensayista y un traductor portentoso.
Fue condecorado con el Premio Nobel de Literatura en 1979. Algunas de sus obras son: “El sol primero” (1943); “Canto erótico y fúnebre para el teniente caído en Albania” (1945); “Seis y un remordimiento para el cielo” (1960); “El árbol de la luz y la cuarta belleza” (1971); “El soberano sol” (1971); “El Monograma” (1972); “Los medios hermanos” (1974); “Villa Natacha” (1973); “Tres poemas bajo bandera de ocasión” (1982).
Aunque Odisseas Elytis falleció en la ciudad de Atenas, en 1996, su luz nunca se apaga. Si no que su poesía ilumina el destino heleno y guía nuestros pasos cada día como faro en la oscuridad.

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