22/3/08

Para todo hay un por qué...

Informe y texto: Karina Donangelo
Por esas cosas de la Vida, para todo lo que uno hace, para todo lo que uno piensa o para todo lo que uno siente buscamos un “por qué”.
Pero lo peor no es que intentemos buscar un “por qué” para aquellas cosas que no los hay, sino un “para qué”. Como si los individuos de todos sus actos buscaran sacar el mayor rédito posible. Palabras tales como solidaridad. humildad, bondad, generosidad han caído en completo desuso, no sólo verbalmente sino lo que es mucho peor, en los hechos.
Y sin embargo nos ocurren tantas cosas sin un motivo aparente!!!, cosas que no buscamos o hasta que inclusive esquivamos... Y sin embargo allí está este o aquel acontecimiento, al acecho, esperando sigilosamente asaltarnos, como frecuentemente asaltan los recuerdos.
Miles de rostros que cruzamos a diario por la calle, mirándolos pero sin verlos, hasta que un buen día se hacen realidad en nuestro limitado universo. Lugares que parecen pintados en medio de nuestro tránsito cotidiano, de pronto se materializan para albergar nuestras esperanzas e ilusiones.
Situaciones y momentos, que cuando son de otros, parecen hechos elaborados en celuloide, pero que cuando nos ocurren a nosotros, queremos atraparlos para ya no dejarlos escapar, aunque los mismos se transformen en instantes fugacez, pequeños haces de eternidad atrapados en un reloj impiadoso que se niega a detenerse.
Y así se nos va pasando la vida. Aunque malgastemos tantas cosas bellas de ella, por querer empecinadamente estancarnos caprichosos en situaciones que no tienen salida; meollos que sólo sirven para dolores de cabeza, ecuaciones imposibles de resolver, o batallas perdidas por las que hasta llegamos a dar la vida y empeñar el alma.
Y con los años, y con los golpes y los desengaños nos volvemos más duros, más desconfiados, más descreídos, más egoístas, sin comprender que no es el tiempo el que transcurre, si no nosotros.....

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