5/5/09

Informe y texto: Karina Donangelo

LOS MUROS DE LA DISCORDIA

Oiga señor Presidente
Mejor construya un puente
Que somos aquí mucha gente
Y gente inteligente

Así como nos ve en el campo,
También nos ve en las oficinas
Y usted sabe que nos necesita
En su equipo y hasta en la cocina.

O hágale como en España
Que han puesto una telaraña
Haciendo entrar en Melilla
Lo deciden en la orilla
Pero a veces en camilla
¡Qué horror, qué pesadilla!

¡Play attention!
El Muro (el muro, el muro, qué duro)
Qué duro (lo brinca solo el canguro)
Lo brinca solo el canguro

Que quite a sus soldados
Que éstos eran nuestros Estados
Que quite a sus soldados
Por el mundo dispersados.

Ya vimos que en Irak muchos se están muriendo
Y los que regresan, regresan destrozados
Al norte de Corea en Israel y Palestina
Los niños ya no juegan, ya no salen ni a la esquina.

Y qué me dicen del Continente Africano
Los ríos se están secando, ya no queda ni un pantano
Los pueblos se mueren de hambre, en papera se van al mar,
Pero muchos se están ahogando, naufragan en alta mar.

A todos los jefes de Estado
Les enviamos este urgente recado:
Que eduquen a sus pueblos
Para que mejoren sus sueldos.

Que quiten todos los muros,
Que se abran las fronteras,
Que podamos conocernos
Y cambiar nuestras ideas.

Que cada quien le rece a su diosito
Pa’ qué pelearse si hay tantas religiones
Que cada quien elija sus devociones
Respetemos y abramos los corazones.
Que los muros de la mente
Son el peligro inminente.

El Muro (el muro, el muro qué duro)
Qué duro (lo brinca solo el canguro)
Lo brinca solo el canguro
Yo no quiero Muro.
Corrido mexicano de Los Tigres del Norte.

En Naco, Sonora, un pequeño poblado mexicano, que sobrevive a la vera del muro que separa a Estados Unidos de México se escuchan lejanos acordes de corridos mexicanos que provienen del Bar Gay 90’. Algunos hombres andan a caballo y toman cerveza, otros se ladean en la pista de baile con cadenas de oro que lucen en sus cuellos y muñecas, mientras se balancean como sumidos en un suave éxtasis disimulado tras sus anteojos negros. Todos quieren parecerse a alguien, y ese “alguien” es el nuevo héroe de estos lares… el Jefe narco, aquel, que todo lo puede, que ostenta su poder. Aquel que burla los controles de la aduana, que pasa de un lado a otro del muro y las fronteras. Los que festejan a la vera de la frontera en una cálida noche de verano, son en su mayoría jóvenes. Los hombres visten jeans y botas texanas. Las mujeres morenas lucen sus cabellos ondeados color azabache mientras se pasean por la pista de baile con sus “tacones lejanos”. Circula la cerveza, pero también el ron y mucho tequila. El jolgorio dura hasta altas horas de la madrugada.
A sólo 30 metros de allí yace la barrera de acero. En la oscuridad, munidos con cantimploras, una brújula y unas Nike compradas en el mercado negro cientos de mexicanos se preparan para cruzar el muro moviéndose un poco hacia el norte, doblando en zigzag y ladeando hacia el noroeste. Saben que hacia un lado se aprestan a enfrentarse con el desierto de Arizona, que hacia el otro lado deberán cruzar kilómetros a nado por el Río Grande o lo que es peor, podrán ser capturados por la Patrulla Fronteriza, lo que en la mayoría de los casos implica –aunque pocos medios periodísticos no lo digan- torturas que en muchos casos pueden llegar hasta la muerte.

El muro de Naco es un paradigma más de todos los muros del mundo. Algunos, construidos durante meses, años o siglos; en ocasiones con ladrillos de barro, trozos de piedra, granito, cemento, alambres de púas, hormigón, estacas, acero o rejuntes de llantas.
Hay quienes dicen que los muros son “curiosos testimonios de las necesidades humanas”, pero quien escribe cada día sospecha con más ahínco que se trata del peor reflejo de la degradación humana. Y para esto no hay ni edades ni tiempo.
El registro histórico nos muestra que los muros se construyeron la mayoría de las veces para impedir que otros entren en nuestro territorio, o bien para evitar que los nuestros se vayan. Pero lo cierto es que sólo funcionan durante un tiempo, hasta que los intereses humanos o simplemente las muchedumbres los arrasan.
Por ejemplo, durante la Guerra Fría, uno de los más simbólicos y siniestros muros fue el que se construyó en la ciudad de Berlín. Se trató de una separación que comenzó a erigirse entre la antigua República Democrática Alemana (Alemania Oriental) y la República Federal Alemana (Alemania Occidental), el 18 de agosto de 1961. Este muro, pronto se convirtió en una pared de cemento de cinco metros de altura, coronada con alambre de espino y custodiada por torretas de vigilancia y vallas electrificadas a lo largo de los 120 kilómetros. En dicho caso hubo quienes de un lado temían el avance del comunismo y se “defendieron” erigiendo dicha pared monumental. Pero para los otros que yacían del lado oriental, el peligro era que la masa marxista-leninista se fugara y fuera seducida por las “tentaciones” capitalistas. Sin embargo esa literal cortina de Hierro se derrumbó famosamente en 1989 y con ella terminó la Guerra fría.
Entre otros ejemplos de la antigüedad tenemos la caída de los Muros de Jericó o bien, la única construcción humana visible desde la Luna que nunca pudo cumplir la misión para la cual fue construida: la Gran Muralla China. Edificada casi por completo después del siglo XIV, con más de seis mil kilómetros de longitud, intentó mantener controladas a las tribus mongólicas del norte. Sin embargo todos los esfuerzos fueron en vano, pues los manchúes invadieron China, mataron a los centinelas, escalaron las paredes, traspasaron los muros, dominaron a los invadidos y modificaron sus costumbres. Un fin parecido tuvo el Muro de Adriano, de 4.5 metros de alto, 2.7 metros de ancho y 117 kilómetros de largo. Esta construcción, si bien evitó que las tribus enardecidas de los caledonios causaran estragos en la Bretaña romana, desde el año 122, finalmente fue derribada por los predecesores de los modernos escoceses en el 367.
Si se enfrentaban ejércitos regulares, el asedio tras los muros sólo prolongaba la agonía. Este fue el caso de la Guerra de Troya. La ciudad soportó nueve años de asedio, sin embargo fue vulnerable a la estratagema griega del caballo de madera que ocultaba tropas de elite aquea en su interior. Incluso algunas ciudades medievales que aún hoy exhiben sus murallas son pequeños circuitos turísticos pintorescos, como el caso de la ciudad de Ávila o la francesa Carcassone.
Acercándonos a la contemporaneidad, tenemos el caso de la famosa Línea Maginot. Se trata de una complejísima serie de fortificaciones conectadas que construyeron los franceses después de la Primera Guerra Mundial, para evitar una invasión del ejército alemán. Dicha construcción contaba con un impresionante arsenal subterráneo que incluía trenes y pequeñas ciudadelas bajo tierra. Hubiese sido un éxito, excepto por un detalle: en 1940, los soldados del Tercer Reich rodearon a los franceses invadiéndolos a través de Holanda y Bélgica.
Algunos viejos anacronismos de la Guerra Fría, paradójicamente siguen hoy vigentes. De este intento desquiciado por querer separar a comunistas de capitalistas dan cuenta hoy los fosos minados y las murallas con tropas y artillería que se extienden a lo largo del paralelo 38 de latitud Norte y que desde 1953 constituyen el límite entre la tan temida potencia nuclear Corea del Norte, y su vecina Corea del Sur, aparentemente sin armas atómicas pero que yace bajo el ala protectora de Estados Unidos y unos cuantos magnates.
Es necesario, no obstante diferenciar si se trata de barreras político-ideológicas, como algunos de los casos antes citados, o bien de carácter étnico, religioso o racial. Los muros no siempre se han construido por cuestiones de defensa, sino que en muchas oportunidades, incluso actualmente se erigen para separar, para diferenciarse, para intimidar, para segregar y para excluir.
Nos sobran los ejemplos sobre separaciones de tipo religioso, étnico o racial. Desde los extremos de la historia del siglo XX, recordamos los “Muros de Auschwitz” materializados en tenebrosos alambrados, que confinaban a quienes estaban dentro a la muerte más espeluznante.
También podemos recordar el muro que desde 1970 separa a católicos republicanos y protestantes pro británicos en Ulster; o el que ha enfrentado a turcos musulmanes y griegos ortodoxos en la isla de Chipre desde 1974.
También cabe destacar el conflicto irresuelto y uno de los más sangrientos del siglo XX como el que se desarrolla en la Franja de Gaza entre israelíes y palestinos. Y por si esto fuera poco, desde el año 2002, el Estado de Israel comenzó la construcción de un nuevo muro en el límite con Cisjordania, límite que al parecer y hasta el momento se arroba sólo Israel el derecho de trazar. Según Wikipedia, la Enciclopedia libre de Internet : “La Barrera israelí de Cisjordania es una barrera, aún no finalizada, construida por el Gobierno de Israel que se extiende aproximadamente en un 20% a lo largo de la antigua Línea Verde y el 80% restante en territorio cisjordano, adentrándose en el mismo hasta 22 kilómetros en algunos lugares, con el fin de incluir asentamientos israelíes densamente poblados como, entre otros, Ariel, Gush Etzion, Emmanuel, Karnei Shomron, Guiv'at Ze'ev, Oranit y Maale Adumim. Cuando esté terminada, aproximadamente el 10% del territorio de Cisjordania, incluida Jerusalén Este, será aislado por la barrera y conectado a Israel. Su proyecto final estima su longitud total en 721 kilómetros
La construcción de la barrera fue aprobada por el gobierno israelí el 23 de junio de 2002. Consiste en un sistema de vallas y alambradas a lo largo de aproximadamente el 90% de su trazado, y en el 10% restante adopta la forma de un muro de hormigón prefabricado de hasta siete metros de altura, creado con módulos individuales dispuestos uno al lado del otro, e intercalados cada cierto intervalo con torretas para el control militar.
Sus detractores, entre los que se encuentran las organizaciones pacifistas y pro-derechos humanos israelíes Peace Now y B'Tselem, y múltiples organizaciones internacionales como Amnistía Internacional, Intermón-Oxfam, Human Rights Watch y UNICEF, afirman que la construcción de la barrera sobre lo que consideran territorio palestino ocupado, junto con otras medidas llevadas a cabo por el Gobierno israelí (como la construcción de nuevos asentamientos y carreteras que atraviesan el territorio cisjordano, o el aumento de los checkpoints en la entrada y salida de las ciudades y aldeas) crea una realidad de facto que impediría un Estado árabe palestino viable, estableciendo serias dudas sobre su continuidad territorial y degradando notoriamente el nivel de vida de las poblaciones palestinas adyacentes al mismo, tanto por la destrucción y anexión de terrenos agrícolas fundamentales para la supervivencia de los poblados como por el aislamiento en el que se ha dejado a poblaciones enteras del resto del territorio palestino.”
Otra de las áreas de conflicto es la de Cachemira, que sigue siendo un punto de fricción entre India y Pakistán desde su independencia, en agosto de 1947.
La región, situada en el Himalaya y símbolo de la partición del antiguo Imperio británico de las Indias, está dividida entre una provincia india y otra paquistaní por una Línea de Control, convertida en la frontera de facto desde 1949.
En 1989, la India comenzó a construir una valla en la disputada región de Cachemira, en la frontera con Pakistán, para evitar la entrada de militantes separatistas en su país. Hasta ahora ha construido más de 1000 kilómetros de barrera, la mayor parte de la cual está electrificada.
En sus 60 años de independencia, India y Pakistán se han enfrentado en tres guerras, dos de ellas por la posesión de Cachemira, en 1947-1949 y en 1965. Los dos tercios de los 218.000 km2 del territorio están bajo control indio, y el tercio restante, bajo control paquistaní. Diez de los 13 millones de habitantes de la región viven en la parte india, en un 65% musulmana. También en su larga y porosa frontera con Bangladesh -de 4000 kilómetros- la India está construyendo una barrera para evitar que rebeldes y traficantes ingresen a su territorio.
Otro bastión, conocido como "el muro de la vergüenza", es la barrera de tres metros de alto construida con piedras y bolsas de arena que recorre 2400 kilómetros y separa a Marruecos del Sahara occidental para evitar la entrada de guerrilleros en ese país.
Tenemos además muros divisorios entre Bostwana y Zimbabwe; Arabia y Yemen; Kirguistán y Uzbekistán; Tailandia y Malasia e Irak y Kuwait, iniciado este último tras la Guerra del Golfo y ahora suspendido.

Los Muros “profilácticos”

Lo cierto es que aunque muchos de estos muros han sido derribados gracias al avance de la Globalización, la misma Globalización está provocando sus propias contradicciones. Pues en las últimas décadas se han erigido nuevos muros, fortificaciones y alambrados. Quizás no ya con fines de índole político, pero sí económicos, raciales y por qué no, hasta “profilácticos”. Un ejemplo notable y al mismo tiempo abominable es el que ofrece el Viejo Continente al repeler a inmigrantes ilegales, en la región de Ceuta y Melilla, en la frontera sur de Europa que separa España de Marruecos. Desde los hechos fatídicos del 2005, donde cinco inmigrantes subsaharianos fueron muertos a quemarropa “aparentemente por la Guardia Civil Española” mientras intentaban cruzar la valla fronteriza que separa Ceuta de Marruecos, en un intento masivo de ingreso junto con otras 500 a 600 personas, este tipo de hechos se ha repetido incesantemente y cada vez con mayor violencia de ambos lados. Hace pocos meses atrás, otro indocumentado intentaba cruzar la valla de Melilla y fue muerto por un tiro en la espalda.
La pregunta es ¿Cuántos muertos más se necesitan, no sólo en Ceuta y Melilla sino en las aguas del estrecho de Gibraltar o del Atlántico próximo a las islas Canarias para que los hechos sean denunciados tal cual son, para que se cambie el enfoque en las políticas de gobierno y se comprenda que la violencia sólo puede engendrar más violencia?
Desgraciadamente, el caso de los inmigrantes ilegales de Ceuta y Melilla ha poblado las páginas de casi todos los periódicos del mundo, pero esto no ha sido suficiente para movilizar a quienes cargan con las responsabilidades de modificar las políticas inmigratorias y hasta de quienes nos preciamos de ser periodistas. Porque gracias a esta bendita Globalización hasta el oficio de la prensa se ha prostituído a tal punto que si nuestras notas periodísticas no se condicen con el lenguaje políticamente correcto, no cabe ni en los márgenes de la gráfica, ni en los minúsculos renglones de los obituarios…
Baste pensar en la cantidad de restos de pateras encontradas a la deriva a lo largo de los años. No son nuevas las deportaciones ilegales, al desierto de Argelia o a países terceros, con frecuencia de solicitantes de asilo cuya petición nunca fue admitida a trámite. Tampoco es nuevo que la gente intente cruzar las fronteras: de hecho, más que una barrera infranqueable, éstas funcionan como un dique, con su complejo sistema de esclusas, que determina quién pasa y cómo, a costa y a cambio de qué. Saltar las vallas que separan Ceuta y Melilla del territorio marroquí es desde hace tiempo una vía de entrada en Europa, sobre todo para los que no pueden o no quieren pagar el visado falsificado, la patera o al guardia civil que hará la vista gorda en el momento adecuado.
Recuerdo cuando allá por el 2005 aparecían en uno o a lo sumo dos de los principales periódicos de la República Argentina los primeros casos dramáticos que la prensa española daba a conocer al mundo sobre la vida y el destino de estos inmigrantes ilegales subsaharianos. Los periódicos daban cuenta de que muchos de ellos eran deportados, tras sufrir crueles palizas, narcotizados hacia destinos insondables, esto es puntos geográficos en medio del desierto en donde no había proximidad con ningún poblado y por ende con agua o alimentos. Es entonces cuando uno se pregunta, ¿por qué extraña razón, cuando intentamos encontrar estos contenidos en las versiones on line de Internet, nada de esto aparece, como si nunca hubiese ocurrido, como si se tratara de una película de terror del cine clase B, cuando en realidad son vidas las que están en juego?
En síntesis, lo que se percibe es que los nuevos muros de la Globalización son para no dejar entrar. ¿Qué pruebas hay de ello? Observemos el continente Americano.

Geografías en movimiento

En algunos casos los muros americanos cumplen una función entre estética y protectora de ladrones, inmigrantes ilegales, narcotraficantes y de seres que no “cuajan” en el ideal socio-económico que abrigan pequeñas comunidades armadas hasta los dientes, las cuales ostentan obscenamente un poder adquisitivo, que es ni más ni menos que el factor desencadenante de todas las desigualdades e inequidades en la cual esta sumido el 80 por ciento del continente.
El Muro que separa a Estados Unidos de México es una obra que emprendió el Gobierno norteamericano a lo largo de los más de 1000 kilómetros de frontera terrestre entre ambos países. Algunos aseguran que la extensión total será de aproximadamente 3200 kilómetros. Según los cálculos de autoridades estadounidenses, el costo total de la construcción de dicho muro rondaría los 8000 millones de dólares. Aunque actualmente ya se ha construido una amplia extensión del mismo, los cruces ilegales no han menguado. Pues, según datos aportados por Michael Dear para la National Geographic, “el número de cruces ilegales puede llegar a los 500.000 al año (la mayoría ocurre en los alrededores de Tijuana o de Ciudad Juárez)”.
Este “Muro de la Vergüenza”, como lo denominan los mexicanos va desde Tijuana, ciudad enclavada sobre la Península californiana, hasta Ciudad Juárez. Si se continúa los límites geográficos habrá que traspasar el Río Grande, que continúa la línea divisoria entre Estados Unidos y México, el cual desemboca en el Golfo de México.
Lo más grave no es solo que el número de ingresos ilegales no haya disminuido, sino que, lo que es mucho pero: la cifra de muertos ha trepado niveles catastróficos. Casi 500 personas fallecen cada año, ya sea ahogadas o por insolación, en lo que se conoce como “la estación de la muerte”.
Paradójicamente, de la construcción de este Muro han surgido dos fenómenos no menos sorprendentes. Por un lado, la aparición de una especie de “ejército vecinal fronterizo” denominado “Minutemen”. Son ni más ni menos que grupos de ciudadanos armados que custodian los pasos de frontera, especialmente en California, Texas y Nuevo México. Persiguen a inmigrantes ilegales y denuncian con escraches a quienes los contratan como mano de obra barata en territorio norteamericano. Son una especie de “Fontaneros” a la norteamericana. Para explicar este término recurramos al escritor e investigador norteamericano Alvin Toffler, quien en su obra Cambio de Poder explica este fenómeno: “El creciente localismo, la resistencia a la mundialización (y aperturas de fronteras) y un exacerbado sentido étnico y racial refleja una mayor diversidad de las economías avanzadas. Y apuntan al final de la sociedad de masas. (…)A medida que la política se va desmasificando, los líderes que en tiempos trataban con grupos políticos electores previsibles están viendo hoy cómo éstos se desintegran. Haciendo mención al desempleo, la pobreza, el desarraigo y el analfabetismo, como caldos de cultivo de la inquietud social, se advierte que el marco de la justicia social a pasado a ser ‘paja seca y suelta’ en espera de una chispa que la encienda. Lo que está emergiendo, no es ya una democracia de masas, sino una “Democracia del Mosaico”. Al no saber cómo hacer frente a las nuevas demandas de estos nuevos mosaicos, los poderes del estado se vuelven más vulnerables y permiten la propagación de estas “Minorías Bisagras”.
Toffler agrega: “Los líderes políticos al ver que los problemas se agigantan y degeneran en crisis suelen caer en la tentación de tomar medidas extremas y organizar toda clase de equipos especiales para una tarea concreta, “zares”, “grupos de fontaneros” y “equipos secretos” para conseguir que se hagan las cosas. Impulsados por la frustración, algunos líderes políticos llegan a despreciar a sus incordiantes funcionarios y recurren cada vez más a sus íntimos (…) lo que justifica la proliferación de unidades ad hoc e informales que terminan socavando la burocracia formal. (…) Cada grupo contará con el apoyo de diversos entes financieros e industriales, dependiendo de sus propios intereses, pero también atraerá a artistas, escritores e intelectuales, los cuales elaborarán los correspondientes alegatos ideológicos para cada caso.”
Ejemplo de esto último que nos refiere el autor es el caso de los Minutemen, mencionados con anterioridad, quienes cuentan con el pleno apoyo del Gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, para quien “el Gobierno federal no está haciendo su trabajo” y “es lamentable que el ciudadano particular tenga que patrullar nuestras fronteras”.
El segundo fenómeno que ha surgido a raíz de la construcción del muro es que está emergiendo una “Tercera nación”. Esto es, un lugar donde los pueblos de ambos países se están uniendo en una mezcla de culturas, economías e historias individuales. Esta nueva nación pos o transfronteriza, no se vale de muros ni fronteras. Esto habla de un nuevo concepto de territorialidad, carente de fronteras y con una soberanía dada por los usos y costumbres, más que por estatutos y Constituciones.
Según la National Geographic, a tal punto se está modificando esta porción de espacio dentro de una geografía en movimiento que por ejemplo, “en McAllen, Texas, 80% de los negocios pertenece a mexicanos. El viaje de México, más específicamente desde la ciudad de Monterrey, a MacAllen es tan común y corriente que el español ha acuñado un verbo nuevo: “macalenear, es decir “echar relajo en MacAllen.” Otra forma de medir la integración transfronteriza es la difusión del “Spanglish”, una mezcla del idioma español con el inglés norteamericano.

“Não somos gente fina”

Hasta las ciudades tienen hoy distintos tipos de murallas para proteger sus territorios. Estos nuevos elementos, en parte son también productos de la Globalización, tales como avenidas, autopistas, o vías férreas que actúan como herramientas de control urbano. Pero frente a estos “límites civilizatorios”, van surgiendo otros, menos decorosos, que obran como barrera separatista y discriminatoria. Cuya principal función es, excluir y detener a una masa de desahuciados que llega de afuera en búsqueda de oportunidades.
Actualmente estamos asistiendo a lo que en su momento denominó Umberto Eco “una Nueva Edad Media” escenario dentro del cual resurgen viejas formas sobre nuevos escenarios. Esto es, la neofeudalización o como también lo calificó otro pensador italiano, miembro del Club de Roma, Furio Colombo, la “Vietnamización del territorio”. Según Colombo: “En el juego de los intereses privados que se autoadministran y logran mantener compromisos y equilibrios recíprocos, servidos por policía privada y mercenaria, con sus propios centros fortificados de refugio y defensa, se asiste a una progresiva vietnamización de los territorios, batidos por nuevas compañías de fortuna.”
Actualmente, están surgiendo Estados dentro de otros Estados, con sus propias leyes y sus propios códigos. ¿O acaso no se podría considerar un estado dentro de otro estado al territorio dominado por la narcoguerrilla en Colombia o México por ejemplo? Hay porciones enteras dentro de las mismas ciudades en las cuales ni las propias fuerzas de seguridad tienen acceso hoy. El ejemplo de la fortificación y paramilitarización de muchos edificios, barrios o localidades son hoy moneda corriente. A este respecto, por ejemplo, el agente de policía que está en servicio sirve y no sirve, a lo sumo confirma la presencia simbólica de la autoridad que no detenta. Algo de esto es lo que está ocurriendo hoy en algunas regiones de Brasil, país que se ubica hoy entre las 15 mayores economías del mundo.
A mediados del año 2004, algunos titulares de distintos periódicos latinoamericanos anunciaban que el Gobierno de Luiz Inacio Lula Da Silva, presidente de Brasil, autorizaba a las fuerzas armadas a actuar en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. En una clara muestra del creciente poder de estas bandas, los medios periodísticos mencionaban que fuerzas policiales habían decomisado minas personales de uso militar y misiles capaces de alcanzar un helicóptero.
Se calcula que actualmente Brasil cuenta con 550.000 efectivos policiales en las diferentes fuerzas, 300.000 militares y 500.000 agentes de seguridad privada –además de cerca de 200.000 vigilantes privados clandestinos-. A pesar de eso, este país tiene uno de los más altos índices de violencia en el mundo. Tan sólo en el 2002 se contabilizaron unos 49.400 asesinatos, 160 por día.
Según César Borges, uno de los miembros del Senado: “La violencia está exterminando la ciudadanía. La gente se está refugiando en sus casas”.
Además de los 50.000 asesinatos por año, los cursos para aprender a escapar de un secuestro, los autos blindados, y los helicópteros como nuevo recurso de la elite brasileña para pasar lejos de la violencia parecen no ser suficientes.
Por esta razón a principios del 2009, el gobierno del estado de Río de Janeiro comenzó la construcción de un muro de cemento que recorrerá varios kilómetros y rodeará las favelas que cubren los cerros de la ciudad para contener el surgimiento de nuevas viviendas ilegales y “para proteger la vegetación del bosque”, según las autoridades. Según la agencia de noticias Reuters “las primeras obras ya empezaron en la favela del Morro de Doña Marta, que se extiende por una de las laderas de la célebre montaña de Corcovado, en el sureño barrio de Botafogo. En total, el gobierno de Río pretende levantar este año 11 kilómetros de muros en 11 comunidades marginales, para lo que invertirá unos 17,6 millones de dólares. Más de 1,5 millones de personas viven en unas 900 favelas en Río de Janeiro.” Los trabajos del muro que ya está en proceso de construcción obligarán a derribar 550 casas colindantes con los muros de contención, aunque las autoridades se han comprometido a indemnizar y a reubicar en otras zonas de la ciudad a los afectados. Según Reuters, “casi la mitad de la inversión se destinará a la Rocinha, que se extiende entre dos de los barrios más ricos de Río de Janeiro y es considerada una de las favelas más grandes de América Latina, con cerca de 200.000 habitantes. Además de Doña Marta y Rocihna, las favelas cuya expansión se busca acotar son las de Morro dos Cabritos y Ladeira dos Tabajaras (en Copacabana); Paváo-Paváozinho y Cantagalo (en Ipanema); Morro de Babilonia y Chapéu Mangueira (en Leme); Vidigal (en Leblon); Benjamin Constant (en Urca) y Parque de Cidade (en Gávea).”
Quien explica bien este fenómeno de vietnamización del territorio es el geógrafo italiano Giuseppe Sacco quien señala que “Una serie de minorías que rechazan la integración se constituyen en clan, y cada clan caracteriza un barrio, que se convierte en el centro propio, a menudo inaccesible: estamos en la Comarca medieval.” A ese espíritu de clan se unen por otra parte las clases pudientes quienes se retiran al exterior de las ciudades, en los barrios jardín con supermercados autónomos, colegios privados cuyas cuotas alcanzan cifras astronómicas y donde hasta se ofrecen peluquerías para las colegialas, ómnibus blindados que circulan dentro del barrio privado, complejos sistemas de alarmas y visores con guardia las 24 horas, lo que termina dando origen a una especie de microsociedad. Este tipo de fenómenos es la mejor representación de la fragmentación del cuerpo social.

Los nuevos bárbaros

El temor al otro, al de condición humilde que reclama los mismos derechos. El pavor por la delincuencia y la violencia que no conoce límites de ningún tipo, lleva cada vez más a las sociedades a amurallarse. Como ocurrió en la sociedad romana, cuando los valores clásicos se erosionaron y el cristianismo todavía no predominaba, en esa terrible Roma del siglo III y principios del IVd.C., se forma hoy una sociedad brutal de minorías privilegiadas explotadoras de masas destituidas de todo, hasta alcanzar la barbarización interna y la incapacidad de resistir al bárbaro externo. Los bárbaros internos están en rapidísima expansión y los externos abundan en el mundo.
Ahora bien, ¿qué hacer?, ¿de qué lado ponerse? ¿hay un lado en donde uno deba ponerse en un mundo cuya geografía está en constante movimiento, en donde el norte ya no es el norte y el sur ya no es el sur o constituye muchos “sures” al mismo tiempo?
Según Eric Hobsbawn, uno de los historiadores más prestigiosos del mundo: “La principal amenaza no provendrá del exterior sino del interior. Las guerras más factibles se librarán entre grupos armados dentro de una región –que tal vez ni siquiera sean guerras civiles formales- con o sin la participación de potencias externas. El peligro consiste en la desintegración de instituciones, Estados y las tramas de la sociedad. En otras palabras, la amenaza no está encarnada por algún conquistador externo o la tiranía, sino por la anarquía interna”.

Sur, paredón y después…

En el Hemisferio Sur, más precisamente por casa, en la República Argentina, las cosas no son muy distintas. Hace pocos mese atrás, para proteger a un barrio del conurbano bonaerense, de la inseguridad, la Municipalidad de San Isidro resolvió levantar un muro de cemento y rejas de tres metros sobre Uruguay, la calle que separa ese partido del de San Fernando. La iniciativa generó protestas y un violento intento por derribar el cerco de vecinos de San Fernando. Hubo críticas y acciones para que se diera marcha atrás con el plan; cosa que finalmente ocurrió.
El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, argumentó que el cerco serviría para dificultar el acceso a los delincuentes: "Deberán rodear una zona de 400 metros y se encontrarán en los accesos con cámaras de acercamiento y patrullaje policial". En esa Intendencia, y a raíz de varios asesinatos violentos, afirman que cerca del 80 % de los delitos que ocurren en San Isidro los cometen delincuentes que vienen de otros Partidos de la Provincia de Buenos Aires. Tan sólo en el 2008 se contabilizaron 25 homicidios. Los vecinos del barrio de La Horqueta, que pertenece a San Isidro argumentan que la mayoría de los delitos son efectuados por habitantes de La Cava, una de las villas más grandes del conurbano bonaerense y que las fuerzas de seguridad que suministra el Estado son insuficientes para hacer frente al flagelo de la delincuencia.
Pero esto no es todo, pues de hecho podría citarse el caso de muchas otras villas de emergencias enclavadas dentro de la Capital Federal en donde rigen las “leyes paralelas”, adónde la policía no tiene acceso, a menos que “trance” con el cabecilla que es quien detenta el poder. Y que en la mayoría de los casos es quien al mismo tiempo maneja y controla el negocio de la droga. Droga que se filtra por las permeables fronteras con Bolivia principalmente y llega procesada y sin procesar hasta estos reductos para luego ser cortada, comercializada y distribuída.
He aquí un caso paradigmático de la exclusión y de la delincuencia. Puesto que los informativos dan cuenta de que en la República Argentina, menores de tan sólo 5 años caen en la delincuencia y de ahí para arriba. Son niños y jóvenes que en su mayoría consumen “Paco”, la nueva droga basura de tercera categoría, la “droga de los pobres” como se la llama. Que es ni más ni menos que los residuos desechables de la cocaína procesada, cuyo efecto es mucho más adictivo, de menor duración y mucho más letal.
La cuestión es que a éstos jóvenes, excluidos de todo, que nacieron en algunos casos en hogares fragmentados, desarraigados de todo tipo de afectos, cuyo único vínculo que conocen es el de la oferta y la demanda. Carentes de identidad, de sentido de pertenencia, con infancias quemadas a fuego, cargados de violencia como víctimas y victimarios, sin expectativas de nada y carentes de valores, desconociendo los límites entre el Bien y el mal poco y nada les puede importar y mucho menos pueden comprender el valor de la Vida. Pues, para ellos como para muchos otros da lo mismo matar o morir.
Se escuchan relatos de jovencitos pertenecientes a barrios privados que cuando salen de las fortalezas que protegen sus hogares miran asombrados el extravagante transporte que alberga a 50 o 60 personas a diario; hablamos del transporte público de colectivos; algo que para ellos es una verdadera excentricidad de los “pobres”. En tanto que para otros jóvenes de los barrios más carenciados recibir una ración de alimento dos veces al día es un lujo que muy pocas veces pueden darse. Ni hablemos de la escolaridad, ni de los servicios mínimos de sanidad.
Más al sur del territorio argentino, precisamente en la provincia de Santa Cruz, otro muro otro muro se yergue con más de 3 metros de alto y coronado con doble alambrado de púas. La planta petrolera Termap, en Caleta Olivia fue convertida en una verdadera fortaleza para evitar la toma de los desocupados. La historia del muro comenzó a fines del año 2004, cuando los directivos de Termap (una asociación entre Repsol YPF, Panamerican Energy y Vintage Oil), cansados de las sucesivas tomas de grupos de desocupados y de piqueteros, optaron por reforzar al máximo las medidas de prevención. Actualmente bordean el muro casi 100 guardias de seguridad las 24 horas. Por la planta de Termap se evacua todo el crudo de la Cuenca del Golfo de San Jorge, en el norte de Santa cruz. Es un punto neurálgico desde el que se embarcan diariamente alrededor de 20.000 metros cúbicos de petróleo.
Ahora bien, ¿quiénes son los verdaderos Bárbaros? ¿Desde qué lado del muro los analizamos? ¿Son acaso las “Hordas de salvajes” como suelen denominar las clases pudientes y algunas autoridades del Estado a quienes buscan igualdad de oportunidades, o son los ricos que cual depredadores expolian a los que menos tiene en pos de su propio confort? ¿Son acaso los delincuentes, esos perdidos drogadictos, que no se reformarán más, ni adentro ni afuera de un penal y que por tanto merecen la pena de muerte, como muchos vociferan, incluso notorias figuras de televisión? ¿Son realmente los drogadictos el problema disparador de la delincuencia o es acaso el de los grupos de narcotraficantes que en la mayoría de los casos venden, distribuyen, procesan y hasta financian campañas políticas; campañas que van desde los punteros políticos de una minúscula localidad o un jefe de barrabrava hasta un Presidente de la República?
¿No son acaso “Bárbaros los que promueven políticas neocolonialistas, saquean países y economías, para luego tener la caradurez de afirmar que la desgracia de sus estados son los inmigrantes, los pobres e inadaptados, los drogadictos o los subversivos. Cuando la mayoría de las veces son estos señores los mismos que se sirven de estos desvalidos para utilizarlos como mulas de carga, para los negocios sucios, para negociaciones encubiertas entre facciones delictivas de distintos bandos? ¿Quiénes les suministran las armas a los habitantes de las favelas o a los habitantes de la Villa 31 de Capital Federal?
Bárbaros son los que pretenden que miremos sin inmutarnos como flotan los cadáveres de inmigrantes indocumentados en las costas de Italia, Grecia o Canarias, los “espaldas mojadas” mexicanos que cruzan ilegalmente el Río para ser explotados en trabajos domésticos a escalas inferiores o similares a la esclavitud. Bárbaros son quienes pretenden que interpretemos como una fatalidad el espectáculo de los cuerpos asfixiados, amontonados en camiones blindados para cruzar fronteras, o aquellos que se las rebuscan construyendo escaleras con tronquitos de árboles para poder trepar las vallas de Ceuta y Melilla. Los que están más ocupados en las próximas elecciones y acumulan personas sin hogar desparramados por las plazas, las avenidas y los parques, en las entradas de los edificios o los que duermen envueltos en papeles de diario, adentro de las garitas de los Cajeros automáticos en la Capital Federal.

14 comentarios:

Juanjo Rubio dijo...

Tremendo artículo... (un poco extenso quizá). Espero que la situación mejore y dejen de cometerse semejantes barbaries.

Un saludo.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

¿Cómo ningún comentario?

Dejo huella para volver.

Ya te felicito por el exhaustivo trabajo documental y la sensibilidad con la que tocas la historia de las vallas, el indecente amurallar la vida de tanta gente en tantas épocas y lugares.

Lo dicho, volveré,

Un abrazo grande

Víktor

Unknown dijo...

Hola, ya puedes poner tu blog en la nueva comunidad:"NOTICIAS SIN CENSURA" para que todos te lean,para agregar tu blog, clic en (add my blog) saludos.


http://noticias.feedcluster.com/

corsaria dijo...

Impresionante artículo. Te aconsejaría dividirlo en varias partes. Eso haría más fácil su lectura para los visitantes del blog.

Un saludo. :)

Anónimo dijo...

Oye, gracias por el post. Saludos afectuosos

Dilam dijo...

muy buen trabajo, algo extenso pero interesantísimo.
Enhorabuena.

cucoalmeria dijo...

Gran articulo. Saludos desde España.

Juan francisco dijo...

Karina, me ha conmovido tu artículo, demuestras una gran humanidad. En algún comentario anterior se hace mención a lo largo del artículo, pero debo decir, que comprendo perfectamente que cuando se quiere transmitir esa rabia interior por las injusticias, no acabaríamos nunca, (suele sucederme a mí). (Lo comprobaras si algún día, me hicieras el honor de visitar la bitácora donde suelo escribir, EL CRISOL DE LA CORDURA).
Tu lenguaje es correcto y tú estilo también, mi enhorabuena.
Me maravilla siempre el hecho, de que pueda leer opiniones que comparto de buenas personas de todo el mundo, me Karina, me ha conmovido tu artículo, demuestras una gran humanidad. En algún comentario anterior se hace mención a lo largo del artículo, pero debo decir, que comprendo perfectamente que cuando se quiere transmitir esa rabia interior por las injusticias, no acabaríamos nunca, (suele sucederme a mí). (Lo comprobaras si algún día, me hicieras el honor de visitar la bitácora donde suelo escribir, EL CRISOL DE LA CORDURA).
Tu lenguaje es correcto y tú estilo también, mi enhorabuena.
Me maravilla siempre el hecho, de que pueda leer opiniones que comparto de buenas personas de todo el mundo, me hace sentir esperanza. Saludos. Juan Francisco.
hace sentir esperanza. Saludos. Juan Francisco.

ReC dijo...

Es el post mas largo que he visto en mi historia de blogger.com :P

Jorge Poblete dijo...

Karina:

Te agradezco el tiempo que te tomaste para trabajar en este post.
No te conozco, pero se percibe tu sensibilidad y paciencia para abordar un tema tan espinoso e intrincado, de un modo meticuloso y humano.
Otra vez gracias.

Anónimo dijo...

Blog denso...

gerardomora dijo...

La bitácora es excelente, muy documentada y con gran cantidad de fotografías. Es de las mejores que he leido. Otra bitácora buena que no leo pero que es recomendable es: http://crisei.blogalia.com/
Saludos y gracias por el voto a:
www.gerardomora.bitácoras.com

JUANAN URKIJO dijo...

Me gusta que la gente muestre su lado más comprometido en el universo de los blogs. Leerte, aunque es largo el artículo, ha sido aleccionador.

Un abrazo, Karina.

Toni Lázaro dijo...

Sin lugar a dudas un artículo que pone la piel de gallina a la mayoría de los que los hemos leído. Desafortunadamente el mundo está lleno de muros. Los muros protegen el egoismo de unos pocos. Ojalá llegara el día en que todas esas barreras físicas caigan para siempre, aunque primero deberán eliminarse muchos obstáculos que se entrecruzan en la mente.

Gracias por tu artículo.