LEMURIA: EL CONTINENTE PERDIDO
Imagínese un mundo en donde todas las estaciones del año sean agradables. En donde no exista la contaminación del aire, de la tierra o de los mares. Con abundante vegetación. En donde exista una civilización con un marcado desarrollo, pero un desarrollo justo e igualitario para todos. Donde no exista la violencia. Un mundo en donde cada uno pueda desempeñar su trabajo u oficio favorito, sin dificultades económicas, sin enfermedades. Sin amenazas externas de otros países o potencias que ataquen descarnadamente en pos del negocio armamentístico o nuclear...
Lo primero que nos viene a la mente es el Jardín de Edén. A lo largo de los años muchos investigadores buscaron los orígenes de este Paraíso perdido. Hubo quienes sostuvieron que el Edén estaba ubicado en el famoso continente de la Atlántida. Otros indicaron que habría ocupado un espacio geográfico cercanosepultado al Tíbet Hay quienes dicen también que el Edén no es más que una referencia de las dos ciudades conocidas como Agharta y Shamballah. Sin embargo, otros teóricos han sostenido que este mundo ideal, del cual hacíamos referencia al principio estuvo ubicado en uno de los 7 continentes primitivos, anteriores incluso a los orígenes de la humanidad tal y como hoy día la conocemos: Lemuria.
Los más escépticos arguyen que se trata de una parte del extenso imaginario universal del hombre en su búsqueda por los orígenes filosóficos de su propia existencia. Sin embargo en el pasado no tan lejano hubo y hay quienes todavía sostienen que la existencia de Lemuria fue un hecho y para demostrarlo han escrito extensos informes, trazado mapas y respaldado sus teorías con restos arqueológicos, los cuales dan cuenta, al menos de que civilizaciones mucho más avanzadas que la nuestra poblaron este planeta... Dejaremos a criterio de nuestros lectores el derecho de creer en teorías aún no del todo comprobadas o a disfrutar de interesantísimas leyendas que nos abren las puertas a otros mundos desconocidos o insospechados.
En el principio de los tiempos...
Lemuria fue una antigua civilización que existió antes y durante el período de la Atlántida. La Era Lemuriana tuvo lugar aproximadamente, entre 4,5 millones de años a.C. y cerca de unos 12.000 años. Los territorios pertenecientes al continente gigantesco de Lemuria incluían extensiones geográficas que ahora se encuentran bajo el Océano Pacífico, así como también Hawai, las Islas Orientales, las Islas Fidji, Australia y Nueva Zelanda. También abarcaba territorios en el Océano Índico y Madagascar. La costa oriental de la Lemuria también se extendía hasta el actual Estado de California, en los Estados Unidos, y parte de lo que hoy conocemos como el British Columbia, en Canadá. Hay quienes indican que el tamaño de este continente abarcaba porciones enormes, a tal punto que consideran la Cordillera de los Andes como su puerta de entrada. Del mismo modo que se considera a la cordillera africana del Peñón de Gibraltar como la puerta de la Atlántida.
Mientras que algunos argumentan que sus primeros pobladores provenían del mundo extraterrestre, más precisamente de las Pléyades, Sirio, Alfa y Centauro; otros investigadores sostienen que sus primeros habitantes eran hiperbóreos (vivían en los polos) y eran nómades. Durante la última fase de los hiperbóreos los grupos nómades viajaban constantemente debido a cataclismos de tipo volcánicos y polución atmosférica. La crisis progresiva precipitó los viajes para protegerse de los desastres naturales, que llegó a su punto cúlmine 35.000.000 de años atrás. Muchos de los grupos supervivientes viajaron hacia el Este y los pequeños clanes hiperbóreos se dirigieron a lo que hoy es Asia, hasta que algunos de ellos llegaron a la tierra que denominamos Lemuria.
También se señala a los lemures como los descendientes directos de aquellas entidades que “viendo hermosas a las hijas de los hombres descendieron de los cielos, y en calidad de ángeles caídos se materializaron, las tomaron para sí y se unieron a ellas”. Estos son conocidos como los Nefilim y de ellos se hace mención en las Sagradas Escrituras.
Se dice que los lemurianos vivían en una frecuencia correspondiente a la Quinta Dimensión (5D), y eran capaces de cambiar/trasladarse hacia delante o hacia atrás, de la Quinta a la Tercera Dimensión, y viceversa a voluntad. Practicaban además la telepatía. Esta cultura misteriosa, se cree que alcanzó un desarrollo tecnológico muy elevado. Al parecer, su tecnología se apoyaba en el uso de cristales, los cuales, tratados artificialmente eran capaces de irradiar diversos tipos de energía, alterar la materia, entre otras cosas.
Los lemures adoptaron como identidad la serpiente, que simbolizaba la antigua sabiduría, el renacimiento y la regeneración.
Para los lemures, el “firmamento” era un estrato de agua congelada sobre la superficie de la Tierra. Era un gran escudo cristalino, que servía como espejo del mundo que estaba debajo. Todos los “Templos de Cristal” del mundo lo sostenían. Ese firmamento, construido por la primera civilización etérica que llegó a la Tierra habría sido construido para proteger al planeta de la radiación solar y otras radiaciones nocivas del Cosmos. No existían grandes capas de hielo en las regiones polares como tenemos hoy. Tampoco había presencia de nubes ni de viento, ni lluvias ni tormentas.
La Guerra de los Continentes...
Se dice que como resultado de una larga pugna entre el Continente de la Atlántida y Lemuria se produjeron grandes devastaciones. En un principio, la Atlántida y Lemuria constituían las dos más altas y grandes civilizaciones de la humanidad, pese a lo cual terminaron envueltas en luchas de poder por la supremacía del mundo y por la predominancia y validez de cada una de sus propias ideologías. Pues ambos continentes tenían diferentes ideas acerca de cómo debían conducirse las demás civilizaciones existentes sobre la tierra. Los lemurianos creían que aquellas otras civilizaciones con un nivel cultural menos evolucionado, debían proseguir su proceso evolutivo natural por sí mismas, a su propio ritmo, conforme a su grado de desarrollo y comprensión. Pero los atlantes creían que todas aquellas culturas menos desarrolladas debían pasar a ser dominadas o controladas por las dos civilizaciones más avanzadas de aquel momento, es decir Lemuria y Atlántida, pues dichas naciones inferiores suponían una amenaza para el desenvolvimiento correcto y pacífico de los tiempos y de la humanidad. Muchas de ellas estaban sumidas en luchas internas y estos enfrentamientos podían propagarse a lo largo del planeta como una peste imparable e irremediable, dando incluso mal uso de los avances tecnológicos entre los cuales se incluían la clonación, el desarrollo de las armas termonucleares, el manejo de la energía de extensos campos electromagnéticos, etc.
Pero más allá de estos conflictos sectoriales, la verdadera y gran guerra que se estaba librando era por el Poder y de ella los únicos y más fuertes contrincantes fueron Lemuria y la Atlántida.
Los lemurianos habían sido advertidos de que un gran cataclismo se avecinaba. La alerta la dio a conocer la Alta Clase Sacerdotal, los sabios o maestros, quienes advirtieron de la inminente catástrofe. Así fue como se pidió al Consejo de Shamballah permiso para construir una ciudad debajo del Monte Shasta, con el fin de preservar su legado, formando de este modo una Red de ciudades Subterráneas. Para poder sobrevivir a los próximos cataclismos que ocurrirían sobre la faz de la tierra, en parte como consecuencia de las luchas entre estos dos continentes, se contó con una caverna en forma de domo muy grande, dentro del monte de Shasta. Allí fue donde los lemurianos construyeron la ciudad de Telos. Esta ciudad fue construida para albergar a una población de 200.000 personas. Sin embargo cuando comenzaron los cataclismos en Lemuria, se dice que solamente 25.000 sobrevivientes pudieron escapar del desastre universal.
En cuanto al enfrentamiento de ambos continentes, inicialmente la estrategia consistía en destruir los Templos de Cristal del enemigo. Sin embargo no tuvieron en cuenta los efectos que provocaría la desestabilización del Firmamento. Los ataques fueron hechos de forma simultánea sobre los Templos de Cristal y por lo tanto desorganizaron la estructura del Firmamento en los cielos. Esto provocó la destrucción del Firmamento y la consecuente caída de miles de millones de litros de agua desde los cielos. Lo que muchos asocian con el conocido Diluvio Universal.
Al mismo tiempo que la Lemuria se estaba hundiendo en las profundas aguas del Océano Pacífico, la Atlántida comenzó a temblar y a perder partes de su territorio, hasta que el resto del continente se hundió completamente. El resto de las naciones del mundo fueron barridas también por los terremotos o por maremotos gigantescos.
Se dice que sólo quienes se refugiaron bajo tierra lograron sobrevivir al gran Diluvio. Cuando el agua cesó, algunos salieron a la superficie. La Tierra que ellos conocían ya no era la misma. Muchos investigadores creen que este emerger de la Tierra es el punto de partida que los nativos americanos utilizan para referirse a la historia de la Creación. Pero estos no fueron los únicos supervivientes. Los aborígenes australianos como muchas otras civilizaciones refieren el hecho de la existencia de un Diluvio Universal. Los druidas que posteriormente se asentarían en la región de Inglaterra, Escocia e Irlanda serían los que preservarían la información de los antiguos habitantes de la Atlántida. Pero los nativos de la zona del Pacífico, incluyendo Asia, fueron los que preservaron la información correspondiente a Lemuria.
Lo cierto es que los grandes e inexplicables restos encontrados en varias islas del Pacífico y las grandes estatuas de Cabezas en la Isla de Pascua no pudieron ser construidos por la fuerza humana disponible en unas islas de población limitada como las actuales. Lo mismo ocurre con las extraordinarias construcciones en el resto del continente americano, como así también en la zona de Camboya. Ni que hablar de los fabulosos conocimientos astronómicos que poseían muchas de las ¿primeras? Civilizaciones americanas, o las similitudes que encontramos en sus estudios y mediciones astronómicas que realizaban a través de los espejos de agua. Coincidencias si las hay, ¿verdad?
Referencias a Lemuria
Wikipedia, la más grande enciclopedia internauta menciona que “Lemuria es un continente imaginario, creado en el siglo XIX, (1864), por científicos franceses, principalmente por el geógrafo Philip Sclater (de origen inglés), para explicar el hecho de que hubiera lemures (pequeños animalitos) en la India y en el sur de África al mismo tiempo o parientes cercanos” (refiriéndose a restos fósiles hallados al sur de Asia y África). Formularon que por los albores de la aparición del hombre, había un continente en el cual aparecieron y se expandieron los lemures y que después el continente desapareció en el fondo del Océano Índico.”
Por su parte, el escritor Howard Philip Lovecraft mencionó a Lemuria como antiguo lugar de adoración para el Trapezodron resplandeciente, en los “Mitos de Cthulhu”, para la historia “El cazador de la oscuridad”.
La idea de un puente tropical que uniese hace miles de años las masas de tierra existentes captó la fantasía y consiguió el apoyo de quien algunos señalan como uno de los mayores escritores evolucionistas, Thomas Huxley. También en Alemania, el biólogo Ernst Haeckel llegó a aseverar que la antigua Lemuria podía haber sido el perdido Jardín de Edén, cuna de la raza humana.
Un autor crítico que escribió sobre Lemuria fue L. Sprague De Camp, quien publicó en 1954 el libro “De la Atlántida a El Dorado”. Allí denuncia muchas teorías de los seudo “atlantistas”como verdaderas patrañas.
Otro de los que se refirieron a Lemuria fue James Churchward, un coronel anglo norteamericano, quien pasó buena parte de su vida en la India. Allí fue iniciado en la doctrina esotérica por un rishi o sumo sacerdote indio, e introducido en el conocimiento antiguo atesorado por sabios tibetanos. Cuenta el autor que le enseñaron a leer unas tablillas antiguas de piedra escritas en naacal, la lengua nativa de Mu (un continente desaparecido, cercano y asociado a Lemuria). A partir de este conocimiento y de sus viajes e investigaciones por distintos lugares del mundo publicó una serie de 5 libros muy populares: El continente perdido de Mu; The children of Mu; The sacred Symbols of Mu; Fuerzas cósmicas Mu y The second book of the cosmic forces of Mu. Si bien su obra tiene algunas inexactitudes, gran parte de la información que da Churchward se puede probar. De hecho, las teorías geológicas esbozadas por el mismo, sobre el desplazamiento de los Polos se adelantaron mucho a su tiempo.
Otra serie de informes relativos a Lemuria pertenecen a Madame Blavatski. En su obra “La doctrina secreta” hace una descripción detallada de los habitantes de Lemuria. Tras la muerte de Blavatski, uno de sus sucesores, W. Scott-Elliot destacado teósofo británico escribió una monografía extensa titulada “The Story of Atlantis and the lost Lemuria”.
Pero a diferencia de las obras de De Camp y de Churchward, las cuales decían proceder de fuentes de información suministradas por bibliotecas secretas de la India y el Tibet; los datos que aportan tanto Blavatski como Scott-Elliot procedía de una gente a la que ellos denominaban los “Amos del Mundo”. A decir verdad, tanto Blavatski, Scott-Elliot como otros miembros de la Sociedad Teosófica tuvieron contactos con adeptos del antiguo culto Bon del Tibet. Poco conocida fuera de Nepal, la India y el Tíbet, ancestral religión Bon incluía el principio del poder personal, el control de los demás, el engaño, la “magia negra”, y la llamada “hipnosis telepática”. Por lo general se autodenominaban los “Amos del Mundo”. Históricamente se sabe que los budistas intentaron eliminar o al menos neutralizar pacíficamente a la religión Bon del Tíbet. Aunque en parte lo consiguieron, aún existen ciertos centros de la religión Bon en donde sus adeptos aun mantenido sus creencias de manera oculta, pasando a formar parte de la clandestinidad.
Estos adeptos a la religión Bon fueron quienes habrían transmitido a Blavatski y Scott-Elliot su extraña cosmología. Una cosmología bastante particular y para nada inofensiva...
Pues entre muchas otras cosas esta particular visión del mundo y de la creación incluía la supuesta existencia de 7 razas y/o rubrazas. Si tales expresiones hoy nos resultan familiares es porque fueron los nazis quienes se encargaron de hacer uso y abuso de las mismas, para los peores fines. Pues, la creencia de una supuesta existencia de subrazas con niveles diferentes de avance se convirtió en la razón fundamental para el exterminio de millones de judíos, gitanos, eslavos y otros grupos minoritarios de la Europa central.
Lo cierto y más extraño aún es un dato que pocos, muy pocos autores refieren respecto a estos contactos entre los nazis con los tibetanos y su interés por los habitantes del antiguo continente de Lemuria: Es sabido –y ha sido comprobado por los registros históricos de la época- que había tibetanos trabajando en calidad de asesores de Hitler y del ala seudo-religiosa y policíaca de los nazis, las SS. Cuando los rusos tomaron Berlín, encontraron un búnker lleno de monjes tibetanos e indios que se habían suicidado en masa. ¿Eran adeptos de la religión Bon? ¿Fueron éstos quienes habían dado su cosmología a Blavatski, Scott-Elliot y a Hitler?.
Curiosamente, mientras que la esvástica budista apunta hacia la derecha y simboliza la “senda de la derecha”, (es decir del Bien, y de la luz); la esvástica Bon apunta hacia la izquierda y simboliza “la senda de la izquierda” (significa que es de carácter maléfico y contrainiciático). Pues bien, la esvástica de los nazis apuntaba hacia la izquierda...
Pero más curioso aún es el hecho de que existen registros arqueológicos que aseguran que la imagen de la esvástica fue hallada en diversos lugares del continente americano y que databan de un tiempo muy anterior incluso a la llegada de los primeros conquistadores europeos, ¿Cómo llegó hasta allí?
Imagínese un mundo en donde todas las estaciones del año sean agradables. En donde no exista la contaminación del aire, de la tierra o de los mares. Con abundante vegetación. En donde exista una civilización con un marcado desarrollo, pero un desarrollo justo e igualitario para todos. Donde no exista la violencia. Un mundo en donde cada uno pueda desempeñar su trabajo u oficio favorito, sin dificultades económicas, sin enfermedades. Sin amenazas externas de otros países o potencias que ataquen descarnadamente en pos del negocio armamentístico o nuclear...
Lo primero que nos viene a la mente es el Jardín de Edén. A lo largo de los años muchos investigadores buscaron los orígenes de este Paraíso perdido. Hubo quienes sostuvieron que el Edén estaba ubicado en el famoso continente de la Atlántida. Otros indicaron que habría ocupado un espacio geográfico cercanosepultado al Tíbet Hay quienes dicen también que el Edén no es más que una referencia de las dos ciudades conocidas como Agharta y Shamballah. Sin embargo, otros teóricos han sostenido que este mundo ideal, del cual hacíamos referencia al principio estuvo ubicado en uno de los 7 continentes primitivos, anteriores incluso a los orígenes de la humanidad tal y como hoy día la conocemos: Lemuria.
Los más escépticos arguyen que se trata de una parte del extenso imaginario universal del hombre en su búsqueda por los orígenes filosóficos de su propia existencia. Sin embargo en el pasado no tan lejano hubo y hay quienes todavía sostienen que la existencia de Lemuria fue un hecho y para demostrarlo han escrito extensos informes, trazado mapas y respaldado sus teorías con restos arqueológicos, los cuales dan cuenta, al menos de que civilizaciones mucho más avanzadas que la nuestra poblaron este planeta... Dejaremos a criterio de nuestros lectores el derecho de creer en teorías aún no del todo comprobadas o a disfrutar de interesantísimas leyendas que nos abren las puertas a otros mundos desconocidos o insospechados.
En el principio de los tiempos...
Lemuria fue una antigua civilización que existió antes y durante el período de la Atlántida. La Era Lemuriana tuvo lugar aproximadamente, entre 4,5 millones de años a.C. y cerca de unos 12.000 años. Los territorios pertenecientes al continente gigantesco de Lemuria incluían extensiones geográficas que ahora se encuentran bajo el Océano Pacífico, así como también Hawai, las Islas Orientales, las Islas Fidji, Australia y Nueva Zelanda. También abarcaba territorios en el Océano Índico y Madagascar. La costa oriental de la Lemuria también se extendía hasta el actual Estado de California, en los Estados Unidos, y parte de lo que hoy conocemos como el British Columbia, en Canadá. Hay quienes indican que el tamaño de este continente abarcaba porciones enormes, a tal punto que consideran la Cordillera de los Andes como su puerta de entrada. Del mismo modo que se considera a la cordillera africana del Peñón de Gibraltar como la puerta de la Atlántida.
Mientras que algunos argumentan que sus primeros pobladores provenían del mundo extraterrestre, más precisamente de las Pléyades, Sirio, Alfa y Centauro; otros investigadores sostienen que sus primeros habitantes eran hiperbóreos (vivían en los polos) y eran nómades. Durante la última fase de los hiperbóreos los grupos nómades viajaban constantemente debido a cataclismos de tipo volcánicos y polución atmosférica. La crisis progresiva precipitó los viajes para protegerse de los desastres naturales, que llegó a su punto cúlmine 35.000.000 de años atrás. Muchos de los grupos supervivientes viajaron hacia el Este y los pequeños clanes hiperbóreos se dirigieron a lo que hoy es Asia, hasta que algunos de ellos llegaron a la tierra que denominamos Lemuria.
También se señala a los lemures como los descendientes directos de aquellas entidades que “viendo hermosas a las hijas de los hombres descendieron de los cielos, y en calidad de ángeles caídos se materializaron, las tomaron para sí y se unieron a ellas”. Estos son conocidos como los Nefilim y de ellos se hace mención en las Sagradas Escrituras.
Se dice que los lemurianos vivían en una frecuencia correspondiente a la Quinta Dimensión (5D), y eran capaces de cambiar/trasladarse hacia delante o hacia atrás, de la Quinta a la Tercera Dimensión, y viceversa a voluntad. Practicaban además la telepatía. Esta cultura misteriosa, se cree que alcanzó un desarrollo tecnológico muy elevado. Al parecer, su tecnología se apoyaba en el uso de cristales, los cuales, tratados artificialmente eran capaces de irradiar diversos tipos de energía, alterar la materia, entre otras cosas.
Los lemures adoptaron como identidad la serpiente, que simbolizaba la antigua sabiduría, el renacimiento y la regeneración.
Para los lemures, el “firmamento” era un estrato de agua congelada sobre la superficie de la Tierra. Era un gran escudo cristalino, que servía como espejo del mundo que estaba debajo. Todos los “Templos de Cristal” del mundo lo sostenían. Ese firmamento, construido por la primera civilización etérica que llegó a la Tierra habría sido construido para proteger al planeta de la radiación solar y otras radiaciones nocivas del Cosmos. No existían grandes capas de hielo en las regiones polares como tenemos hoy. Tampoco había presencia de nubes ni de viento, ni lluvias ni tormentas.
La Guerra de los Continentes...
Se dice que como resultado de una larga pugna entre el Continente de la Atlántida y Lemuria se produjeron grandes devastaciones. En un principio, la Atlántida y Lemuria constituían las dos más altas y grandes civilizaciones de la humanidad, pese a lo cual terminaron envueltas en luchas de poder por la supremacía del mundo y por la predominancia y validez de cada una de sus propias ideologías. Pues ambos continentes tenían diferentes ideas acerca de cómo debían conducirse las demás civilizaciones existentes sobre la tierra. Los lemurianos creían que aquellas otras civilizaciones con un nivel cultural menos evolucionado, debían proseguir su proceso evolutivo natural por sí mismas, a su propio ritmo, conforme a su grado de desarrollo y comprensión. Pero los atlantes creían que todas aquellas culturas menos desarrolladas debían pasar a ser dominadas o controladas por las dos civilizaciones más avanzadas de aquel momento, es decir Lemuria y Atlántida, pues dichas naciones inferiores suponían una amenaza para el desenvolvimiento correcto y pacífico de los tiempos y de la humanidad. Muchas de ellas estaban sumidas en luchas internas y estos enfrentamientos podían propagarse a lo largo del planeta como una peste imparable e irremediable, dando incluso mal uso de los avances tecnológicos entre los cuales se incluían la clonación, el desarrollo de las armas termonucleares, el manejo de la energía de extensos campos electromagnéticos, etc.
Pero más allá de estos conflictos sectoriales, la verdadera y gran guerra que se estaba librando era por el Poder y de ella los únicos y más fuertes contrincantes fueron Lemuria y la Atlántida.
Los lemurianos habían sido advertidos de que un gran cataclismo se avecinaba. La alerta la dio a conocer la Alta Clase Sacerdotal, los sabios o maestros, quienes advirtieron de la inminente catástrofe. Así fue como se pidió al Consejo de Shamballah permiso para construir una ciudad debajo del Monte Shasta, con el fin de preservar su legado, formando de este modo una Red de ciudades Subterráneas. Para poder sobrevivir a los próximos cataclismos que ocurrirían sobre la faz de la tierra, en parte como consecuencia de las luchas entre estos dos continentes, se contó con una caverna en forma de domo muy grande, dentro del monte de Shasta. Allí fue donde los lemurianos construyeron la ciudad de Telos. Esta ciudad fue construida para albergar a una población de 200.000 personas. Sin embargo cuando comenzaron los cataclismos en Lemuria, se dice que solamente 25.000 sobrevivientes pudieron escapar del desastre universal.
En cuanto al enfrentamiento de ambos continentes, inicialmente la estrategia consistía en destruir los Templos de Cristal del enemigo. Sin embargo no tuvieron en cuenta los efectos que provocaría la desestabilización del Firmamento. Los ataques fueron hechos de forma simultánea sobre los Templos de Cristal y por lo tanto desorganizaron la estructura del Firmamento en los cielos. Esto provocó la destrucción del Firmamento y la consecuente caída de miles de millones de litros de agua desde los cielos. Lo que muchos asocian con el conocido Diluvio Universal.
Al mismo tiempo que la Lemuria se estaba hundiendo en las profundas aguas del Océano Pacífico, la Atlántida comenzó a temblar y a perder partes de su territorio, hasta que el resto del continente se hundió completamente. El resto de las naciones del mundo fueron barridas también por los terremotos o por maremotos gigantescos.
Se dice que sólo quienes se refugiaron bajo tierra lograron sobrevivir al gran Diluvio. Cuando el agua cesó, algunos salieron a la superficie. La Tierra que ellos conocían ya no era la misma. Muchos investigadores creen que este emerger de la Tierra es el punto de partida que los nativos americanos utilizan para referirse a la historia de la Creación. Pero estos no fueron los únicos supervivientes. Los aborígenes australianos como muchas otras civilizaciones refieren el hecho de la existencia de un Diluvio Universal. Los druidas que posteriormente se asentarían en la región de Inglaterra, Escocia e Irlanda serían los que preservarían la información de los antiguos habitantes de la Atlántida. Pero los nativos de la zona del Pacífico, incluyendo Asia, fueron los que preservaron la información correspondiente a Lemuria.
Lo cierto es que los grandes e inexplicables restos encontrados en varias islas del Pacífico y las grandes estatuas de Cabezas en la Isla de Pascua no pudieron ser construidos por la fuerza humana disponible en unas islas de población limitada como las actuales. Lo mismo ocurre con las extraordinarias construcciones en el resto del continente americano, como así también en la zona de Camboya. Ni que hablar de los fabulosos conocimientos astronómicos que poseían muchas de las ¿primeras? Civilizaciones americanas, o las similitudes que encontramos en sus estudios y mediciones astronómicas que realizaban a través de los espejos de agua. Coincidencias si las hay, ¿verdad?
Referencias a Lemuria
Wikipedia, la más grande enciclopedia internauta menciona que “Lemuria es un continente imaginario, creado en el siglo XIX, (1864), por científicos franceses, principalmente por el geógrafo Philip Sclater (de origen inglés), para explicar el hecho de que hubiera lemures (pequeños animalitos) en la India y en el sur de África al mismo tiempo o parientes cercanos” (refiriéndose a restos fósiles hallados al sur de Asia y África). Formularon que por los albores de la aparición del hombre, había un continente en el cual aparecieron y se expandieron los lemures y que después el continente desapareció en el fondo del Océano Índico.”
Por su parte, el escritor Howard Philip Lovecraft mencionó a Lemuria como antiguo lugar de adoración para el Trapezodron resplandeciente, en los “Mitos de Cthulhu”, para la historia “El cazador de la oscuridad”.
La idea de un puente tropical que uniese hace miles de años las masas de tierra existentes captó la fantasía y consiguió el apoyo de quien algunos señalan como uno de los mayores escritores evolucionistas, Thomas Huxley. También en Alemania, el biólogo Ernst Haeckel llegó a aseverar que la antigua Lemuria podía haber sido el perdido Jardín de Edén, cuna de la raza humana.
Un autor crítico que escribió sobre Lemuria fue L. Sprague De Camp, quien publicó en 1954 el libro “De la Atlántida a El Dorado”. Allí denuncia muchas teorías de los seudo “atlantistas”como verdaderas patrañas.
Otro de los que se refirieron a Lemuria fue James Churchward, un coronel anglo norteamericano, quien pasó buena parte de su vida en la India. Allí fue iniciado en la doctrina esotérica por un rishi o sumo sacerdote indio, e introducido en el conocimiento antiguo atesorado por sabios tibetanos. Cuenta el autor que le enseñaron a leer unas tablillas antiguas de piedra escritas en naacal, la lengua nativa de Mu (un continente desaparecido, cercano y asociado a Lemuria). A partir de este conocimiento y de sus viajes e investigaciones por distintos lugares del mundo publicó una serie de 5 libros muy populares: El continente perdido de Mu; The children of Mu; The sacred Symbols of Mu; Fuerzas cósmicas Mu y The second book of the cosmic forces of Mu. Si bien su obra tiene algunas inexactitudes, gran parte de la información que da Churchward se puede probar. De hecho, las teorías geológicas esbozadas por el mismo, sobre el desplazamiento de los Polos se adelantaron mucho a su tiempo.
Otra serie de informes relativos a Lemuria pertenecen a Madame Blavatski. En su obra “La doctrina secreta” hace una descripción detallada de los habitantes de Lemuria. Tras la muerte de Blavatski, uno de sus sucesores, W. Scott-Elliot destacado teósofo británico escribió una monografía extensa titulada “The Story of Atlantis and the lost Lemuria”.
Pero a diferencia de las obras de De Camp y de Churchward, las cuales decían proceder de fuentes de información suministradas por bibliotecas secretas de la India y el Tibet; los datos que aportan tanto Blavatski como Scott-Elliot procedía de una gente a la que ellos denominaban los “Amos del Mundo”. A decir verdad, tanto Blavatski, Scott-Elliot como otros miembros de la Sociedad Teosófica tuvieron contactos con adeptos del antiguo culto Bon del Tibet. Poco conocida fuera de Nepal, la India y el Tíbet, ancestral religión Bon incluía el principio del poder personal, el control de los demás, el engaño, la “magia negra”, y la llamada “hipnosis telepática”. Por lo general se autodenominaban los “Amos del Mundo”. Históricamente se sabe que los budistas intentaron eliminar o al menos neutralizar pacíficamente a la religión Bon del Tíbet. Aunque en parte lo consiguieron, aún existen ciertos centros de la religión Bon en donde sus adeptos aun mantenido sus creencias de manera oculta, pasando a formar parte de la clandestinidad.
Estos adeptos a la religión Bon fueron quienes habrían transmitido a Blavatski y Scott-Elliot su extraña cosmología. Una cosmología bastante particular y para nada inofensiva...
Pues entre muchas otras cosas esta particular visión del mundo y de la creación incluía la supuesta existencia de 7 razas y/o rubrazas. Si tales expresiones hoy nos resultan familiares es porque fueron los nazis quienes se encargaron de hacer uso y abuso de las mismas, para los peores fines. Pues, la creencia de una supuesta existencia de subrazas con niveles diferentes de avance se convirtió en la razón fundamental para el exterminio de millones de judíos, gitanos, eslavos y otros grupos minoritarios de la Europa central.
Lo cierto y más extraño aún es un dato que pocos, muy pocos autores refieren respecto a estos contactos entre los nazis con los tibetanos y su interés por los habitantes del antiguo continente de Lemuria: Es sabido –y ha sido comprobado por los registros históricos de la época- que había tibetanos trabajando en calidad de asesores de Hitler y del ala seudo-religiosa y policíaca de los nazis, las SS. Cuando los rusos tomaron Berlín, encontraron un búnker lleno de monjes tibetanos e indios que se habían suicidado en masa. ¿Eran adeptos de la religión Bon? ¿Fueron éstos quienes habían dado su cosmología a Blavatski, Scott-Elliot y a Hitler?.
Curiosamente, mientras que la esvástica budista apunta hacia la derecha y simboliza la “senda de la derecha”, (es decir del Bien, y de la luz); la esvástica Bon apunta hacia la izquierda y simboliza “la senda de la izquierda” (significa que es de carácter maléfico y contrainiciático). Pues bien, la esvástica de los nazis apuntaba hacia la izquierda...
Pero más curioso aún es el hecho de que existen registros arqueológicos que aseguran que la imagen de la esvástica fue hallada en diversos lugares del continente americano y que databan de un tiempo muy anterior incluso a la llegada de los primeros conquistadores europeos, ¿Cómo llegó hasta allí?
1 comentario:
Hola Karina. Oye quiero felicitarte por la informacion que nos compartes en este texto. Creo que es de vital importancia conocer aquellas civilizaciones para que el hombre actual se de cuenta que se puede vivir en armonia. Nuevamente te agradezco cuidate mucho y que estes muy bien. Oye fijate que no pude conseguir tu correo electronico, si puedes agregame o publica el tuyo, ok. Bye. adan_k33@hotmail.com
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